"ME EQUIVOQUÉ… ¿AHORA QUÉ?". UNA GUÍA DE 3 PASOS PARA LIMPIAR TU DESORDEN

Bien sea porque excediste los límites con tu novio/a o porque tomaste la decisión de entrar en ese sitio web al que sabes que no deberías entrar, te equivocaste. Entonces, ¿qué pasa ahora?

¿Cómo puedes hacer para no unirte a la vergüenza? ¿Cómo avanzas de una manera saludable? Nosotros te entendemos por completo, dale un vistazo a nuestra guía de 3 pasos para poder limpiar tu desorden.

PRIMER PASO: RECONÓCELO

Lo primero es lo primero, nosotros debemos reconocer el hecho de que cometimos un error. Si nosotros culpamos de manera constante a otros de nuestros errores, entonces estamos desechando de manera constante nuestra habilidad de ser una persona poderosa. La publicidad pudo haber aparecido en nuestra computadora por accidente o nuestra pareja pudo haber hecho que ir más allá de los límites sea muy fácil, pero en definitiva tú tomaste la decisión de continuar. ¡Cuando dejamos de echarle la culpa a la otra persona o a una fuente externa, nosotros salimos de manera instantánea de la mentalidad de víctima y tenemos acceso al poder otra vez!

*A modo de descargo de responsabilidad: nosotros no estamos hablando de abuso sexual o agresión sexual. Si tú no diste tu consentimiento, eso no está bien. Lamentamos mucho si esto fue lo que ocurrió. Bendecimos tu vida para que encuentres ayuda y puedas sanar esas heridas. ¡Dios está en el negocio de la restauración!

SEGUNDO PASO: ARREPENTIMIENTO (ANTE EL SEÑOR, ANTE NOSOTROS MISMOS Y ANTE LAS PERSONAS INVOLUCRADAS)

¿Alguna vez tomaste una mala decisión y al instante te sentiste distante de Dios? Bueno, esto no es porque Dios se está escondiendo de ti, de hecho, Romanos 8:37-38 dice que nada puede separarnos de Él. Una de las razones por las que sentimos esa desconexión es por la vergüenza. A la vergüenza le gusta meterse sigilosamente y construir una pared entre tú y el corazón de Dios, dando la ilusión de que Él está lejos de ti. A veces podemos creer la mentira de que la vergüenza y el castigo nos restaurarán después de haber cometido un error, pero la verdad es que… la vergüenza no es tu salvadora, ¡Jesús lo es! El arrepentimiento es lo que ayuda a derribar la pared de la vergüenza y restaurar tu inocencia y la relación con Él. El verdadero arrepentimiento es más que un simple: “lo siento”. A nosotros nos gusta decir que el arrepentimiento es una disculpa seguida por acciones. Es decir, no solo nos estamos disculpando por nuestro error, sino que estamos tomando decisiones conscientes para no terminar en ese lugar otra vez.

Después de habernos arrepentido ante el Señor, necesitamos arrepentirnos ante nosotros mismos. Suena raro, pero cuando tomamos una decisión no tan buena, en realidad rompemos la confianza con nosotros mismos. ¡Toma tiempo para disculparte por no haber sido amable contigo mismo en ese momento y luego recuérdate quién dice Dios que eres!

Por último, si otra persona estuvo involucrada en este error, ¡nosotros no podemos dejarla fuera de la ecuación! Siéntate con Dios y pídele que restaure la manera en que ves a esa persona y que le recobres un valor saludable que no esté ligado a lo sexual. Pídele perdón a la persona por no haberla cuidado en ese momento y hazle saber qué pasos vas a tomar para avanzar de manera saludable. Entiende que la persona puede necesitar tiempo para reconstruir la confianza: eso está bien. ¡Tú asegúrate de darle el espacio que necesite para que pueda sanar!

TERCER PASO: CREA UN PLAN ESTRATÉGICO

Ya hemos reconocido nuestro error, nos hemos arrepentido delante de Dios, nosotros mismos y los demás, ¿ahora qué? ¡Es tiempo de crear un plan estratégico! Cuando creamos un plan estratégico, el mejor lugar para comenzar es con la comunidad y la responsabilidad. Encuentra personas en las que confíes como mentores, personas que respetes y amigos estables que puedan decir la verdad y recordarte tu identidad en Dios cuando te sientas vulnerable. Esto será vital cuando se trate de limpiar tu desorden porque ahora tienes un espacio seguro en el que puedes ser honesto y tener retroalimentación saludable. ¿Tienes problemas para encontrar una comunidad? Únete a un grupo pequeño, pregunta en tu iglesia qué hay disponible, comienza en algún lugar. No esperes a que los amigos aparezcan mágicamente, sé activo en la búsqueda de una comunidad saludable. ¡Tú puedes!

A continuación, pregúntate qué es lo que te incita en esa área en la que sigues tropezando. Luego, toma tiempo para escribir alternativas para cuando eso que te incita aparezca. ¿Estás lidiando con una adicción a la masturbación, sobre todo cuando estás aburrido? Escribe una lista de actividades o cosas que te animen. ¡Ahora tienes una lista de cosas divertidas por hacer para combatir eso que te incita! ¿Luchas con el hecho de ir más allá de lo debido con esa persona especial por la noche? No deseches las citas nocturnas por completo, mejor, haz un plan en el que no tengan que quedarse en el coche juntos hasta las 2 a. m. donde es fácil sobrepasar los límites. ¡Cuéntale a tu comunidad cuál es tu plan estratégico y dales el permiso de que controlen cómo vas con eso!

¡Sabemos que caminar por el camino de la pureza no es siempre fácil, pero vale mucho hacer el esfuerzo! ¡Tú puedes!